23.6.14

CINE ESPAÑOL COMERCIAL Y CONTEMPORÁNEO

Todos están muertos, de Beatriz Sanchís

Durante el fin de semana del 30 al 2 de junio se estrenaron en salas de cine comercial tres de los títulos más deseables del cine de ficción producido en España estos últimos años: “Todos están muertos”, de Beatriz Sanchís, “Stella Cadente”, de Lluis Miñarro y “Hermosa juventud”, dirigida por Jaime Rosales. 

Me lleva a cierto asombro el que se estrene todo el mismo día. Resulta difícil llegar a las salas, a día de hoy la distribución y la exhibición de cine en España está reducida a pocos títulos (de hecho solo el 35% de las películas producidas llegan a contar con estreno comercial)  por eso de primeras me extraña esta “operación de marketing” 

Aunque haya interés por estas películas y sus autores, la entrada al cine es cara y los bolsillos no suelen estar desbordados, así que a priori parece que el espectador potencialmente interesado tendrá que elegir a la hora de pagar por ver en pantalla grande una de estas películas. Por otro lado y en positivo puede que hayan decidido estrenarlas para que hablemos todos de ellas a la vez y se cree una especie de efecto dominó sobre el cine de autor español, en cualquier caso es bueno que salgan. 

Prefiero centrar todo mi entusiasmo hacia sus argumentos y nuevas formas narrativas por que con ellas  cambian las cosas en la anodina cartelera de la ficción española y queda claro que se puede llegar a un público más amplio y diverso sin perder calidad en las propuestas.

Beatriz Sanchís debuta en formato largo con “Todos están muertos”, una película avalada por varios premios en el popular Festival de Málaga, por regla no suelo hacer caso a dicho festival pero esta vez han tenido buen gusto.

Se ha hablado del “valor añadido” a la hora de presentar una película en la actualidad. A recientes casos como por ejemplo el de “Mapa”, se le suma ahora el tour directora + actriz protagonista de “Todos están muertos” y el público encantado de encontrarse no solo con Beatriz si no con la protagonista de la cinta que no es otra que la estupenda Elena Anaya en su papel más maduro hasta la fecha. Placer doble ver la película y después mantener un coloquio directo con ellas.

En el cartel, uno de los elementos más atractivos con los que cuenta la promoción de la película, tenemos a una Elena Anaya con mirada intensa, entre triste y esperanzadora que mira, que nos mira, a través de un viejo cristal.
Elena es Lupe y la acción principal sucede a mediados de los 90 pero todo el espíritu del tan denostado Madrid de la movida impregna la historia. En este punto mantiene referencias con otra de las grandes películas españolas del último año, “El Futuro” de Luis López Carrasco.  En ambas los 80 y la ilusión de toda aquella generación por un cambio se termina dando de bruces con la realidad años después.
Lupe, vive en un limbo, ella fue una estrella del pop juvenil y ahora es incapaz de asumir responsabilidades, el extremo llega a que no sale nunca de casa. No abandona su pasado ni en la forma de vestir, peinarse o pensar. El pasado la mantiene enclaustrada, sin en apariencia poder siquiera físicamente cruzar la puerta, como si de una película de Buñuel se tratase.

Algo que me fascinó del guión es la construcción de personajes femeninos que tiene la película. De un lado está Lupe, una mujer que duerme mucho y hace muchas tartas de manzana, no sale a la calle y es madre de un adolescente al que en apariencia no quiere. De otro encontramos la antítesis de ella, su madre, interpretado por la actriz mexicana Angélica Aragón, en su papel más destacado en nuestro país hasta la fecha. La madre sí sale, sí cuida la casa y sí saca adelante al hijo de su hija. También me gusta por que es una película de fantasmas pero literalmente, sin metáfora aunque también lleve algunas implícitas. El hermano de Lupe está muerto, murió en un accidente de tráfico y es el desencadenante de que su hermana esté como está. Los dos hermanos formaban el grupo Groelandia, título homenaje al famoso grupo liderado por el mágico Bernardo Bonezzi. Ese toque de film fantástico quizás sea uno de sus aspectos más irregulares pero también más sugerentes. El tratamiento de dos temas tabú del cine en general y del español en particular, afrontar el incesto y la homosexualidad en la etapa adolescente no hace si no reforzar la idea de encontrarnos ante una película valiente.

Un adolescente que es desde ya el futuro y que no escucha las viejas canciones olvidadas de su madre si no en bucle a Los Planetas, grupo pop que funciona como símbolo para su nueva generación, la que será denominada como “generación indie” y que espero no tardemos tanto como con los 80 en diseccionar.

Pese a que se trata de un drama generacional tiene momentos muy divertidos y el final resulta optimista con los personajes por que hay que cambiar página, darnos cuenta de llegar a la madurez, afrontarla y continuar. En definitiva el mito de “matar al padre” y esto funciona en la ficción pero también en la realidad dada la situación política y social de España.

Stella Cadente, de Lluís Miñarro

El cuestionamiento sobre la realidad política de hoy está totalmente presente en “Stella Cadente”, debut en el largo de ficción del reconocido productor Lluis Miñarro aka Eddie Saeta. Una película pop, al igual que la de Beatriz, aunque aquí con un tono puramente lúdico, afrancesado y yeyé. “Stella Cadente” es una película retrofuturista que nos lleva al corto reinado de Amadeo de Saboya allá por el año 1871, un reinado peculiar por que dio pie a la 1ª República en España. 

La película de Miñarro, casualidades de la vida, se estrenó tan solo 3 días antes de la abdicación de Juan Carlos I en su hijo, coronado ya como Felipe VI. Creo que al menos por un momento algunos soñamos con que se fuera a dar de nuevo la República…

El casting de “Todos están muertos”, el de “Hermosa juventud” y el de esta son increíbles. Àlex Brendemühl está adorable en el personaje del Rey Amadeo I de Saboya. Sin duda es uno de los mejores y más completos intérpretes de su generación, nada más cabe recordar sus protagonistas en “Las horas del día” o “Yo”. Barbara Lennie sale poco pero cuenta con momentos y frases rotundas como “Este país es como su pintura” Lola Dueñas en su salsa, muy suelta, es la cocinera libidinosa de palacio y en estado de gracia catalana, por que ese es el idioma que utilizan para sus interpretaciones, los grandes de la escena Francesc Orella y Frances Garrido que parecen villanos Disney conspirando contra el pobre Rey, un monarca extranjero con ideas revolucionarias para una España negra, llega a afirmar en una de las secuencias de la película “Soy un Rey Republicano”.

La fotografía de Jimmy Gimferrer merece capítulo aparte. Gimferrer había trabajado ya en algunas de las películas producidas por Eddie Saeta como “El Cant dell Ocells” o “Aita” además de ser realizador habitual de videoclips para Astrud o Klaus&Kinski. Su trabajo demuestra que es un maestro de la luz con la cámara digital, capaz de crear universos en claroscuro o puramente impresionistas difíciles de conseguir con poco presupuesto.
Otro de los aspectos más destacables y que por supuesto más la vinculan a la España de hoy es la variedad lingüística que utilizan sus personajes; castellano, italiano y sobretodo catalán, anacronismo total como en el uso de la música o algunos aspectos de la puesta en escena pero que funcionan a la perfección en esta película loca.
Hermosa juventud, de Jaime Rosales

Le toca ahora al mejor film que ha rodado hasta ahora el siempre interesante Jaime Rosales. Más vivo que nunca y más contemporáneo aún si cabe que con obras anteriores “Hermosa Juventud” es la película que presentó en el último Festival de Cannes, uno de los pocos cineastas españoles que suelen ser reclamados en el certamen de cine más importante del mundo y cada vez que pienso en ella más me gusta y más recomiendo como título imprescindible que ha sabido reflejar la situación de desánimo de la juventud en plena crisis, no solo económica, si no también política y ética. 

La pareja protagonista (otro gran acierto de casting como en las anteriores, aquí con Ingrid García Jonsson y Carlos Rodríguez) intenta buscarse la vida en un Madrid periférico, triste, con unos padres y familiares que ya no pueden soportarse y con un futuro por delante que no tenemos ni idea de cómo será pero que parece lejano de la bonanza de los 90. Desconozco si este retrato juvenil se haya filmado alguna vez pero desde luego Rosales ha sabido observar y captar todos los ambientes a la perfección. Una de las mejores secuencias que cuenta y con la que queda plasmado el tono y el futuro que depara a los dos protagonistas, es la de la entrevista a cámara (al otro lado está el director X Torbe) que sirve como previo a la grabación de un video porno como única vía disponible de conseguir dinero. También las reuniones de colegas en el parque, las conversaciones de curro, las fiestas en el parking, la soledad en los bloques de pisos… hay un más que buen trabajo de documentación en todas ellas para conseguir una naturalidad extrema. A nivel de realización y montaje, la película está realizada en un 80% con película en 35mm y un 20% utilizando técnicas de postproducción digital que funcionan como la mejor cortinilla posible para avanzar en la historia. Resulta irónico que las dos secuencias largas que ha decidido montar con conversaciones de Whatsapp y Skype para justamente narrar el paso del tiempo sean el mejor ejemplo posible de que Jaime ha entendido el devenir de los tiempos entre los más jóvenes de nuestra sociedad. 

Natalia Piñuel

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