2.2.09

LA MUJER RUBIA - LUCRECIA MARTEL

Dentro del ciclo que, la 46 edición del Festival de cine de Gijón ha dedicado a la directora argentina Lucrecia Martel, se proyectó su nueva película La Mujer rubia.
Compleja, silenciosa, sudorosa, siniestra un punto maquiavelica así son las películas de la argentina Lucrecia Martel, rara avis del cine no solo latinoamericano si no mundial. Verónica, ( la reputada acrtriz María Onetto) de clase acomodada, atropella "algo" con su coche una noche lluviosa y frena unos metros después, pero ni siquiera se atreve a bajar y mirar qué es.
Ese suceso la sumirá en un estado depresivo o más aún reflexivo, que la irá consumiendo poco a poco. La incertidumbre (¿qué o quién ha matado?), la culpa, incluso la ausencia de cadáver que algunos han enlazado con los desparecidos de la dictadura forman una especie de metáfora que convive sin moverse junto a lo que sale en la pantalla: un primer plano de la actriz, protagonista rubia , una interpretación muy difícil , sin texto, sin gesto y con la mirada perdida porque la protagonista está cansada y no le guste lo que ve realmente lo que tiene a su alrededor.
Su mejor arma es la minuciosidad, su cualidad contemplativa y la estética de cada encuadre que ya demostró en sus filmes anteriores, La niña santa y sobre todo la críptica, La ciénaga.
No es fácil entrar en esta historia, no es una película mainstream para todos los públicos quizás ni a mí me entusiasmó durante el visonado pero después es una de esas historias que se queda en la memoria y da para diversas lecturas.
Llama la atención el bellísimo cartel. La cabeza de una mujer de perfil sin rostro y con una maraña de rizos donde predomina el color rojo. En principio el titulo original iba a ser: La mujer sin cabeza pero ya existía otra película así y tuvieron que cambiarlo.
Por segunda vez, cuenta en la producción con El Deseo de los hermanos Almodóvar y es normal que le guste a Pedro porque Lucrecia cuenta con un personal estilo que tiene a la mujer y a lo femenino siempre como máxima protagonista, aquí hasta con alguna connotación lesbica de parte del personaje de las jovencisima Inés Efrón (la adolescente de XXY) en el papel de Candita.
Rara e inquietante repito para llamar vuestra atención deciros que es algo así como un cruce entre Muerte de un ciclista y una película de David Lynch tiene más de este ultimo porque en realidad, puede que ni si quiera atropellara a nadie pero eso le sirvió para cambiar aunque solo fuera por unos días la rutina de su vida de clase alta y ya está.
Es por esto que no gustó a la critica de Cannes, demasiado encorsetados como para verse relejados en Verónica.

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